Es importante conocer nuestro tipo de piel ya que al momento de saber esto podemos empezar con nuestra rutina facial y reconocer que productos le aportan beneficios a nuestro rostro igualmente también evitar lo que podría hacerle daño, además de no perder dinero invirtiendo en productos inadecuados.
Tipos de piel
Piel grasa
Este se caracteriza por una mayor producción de sebo de lo necesario, los poros se hacen evidentes y es mucho más propensa al acné, tiende a tener tendencia a las imperfecciones debido a unas glándulas sebáceas que producen más grasa de lo normal, los poros suelen ser grandes y la impresión de tener una piel brillante y con grasa permanece todo el día. Esta saturación de sebo, junto con la suciedad provocada por la polución y las células muertas, dará lugar a los temidos granos. La rutina para piel grasa debe ser sencilla (la limpieza en exceso es contraproducente en este tipo de piel) y consistirá en usar productos antibacterianos e intentar estabilizar el nivel de grasa. Esta rutina la puedes armar y conseguir con nosotros!
Piel mixta
Este tipo de piel se caracteriza por tener exceso de sebo en la zona T, pero ser áspera y sin flexibilidad en los pómulos y alrededor de los labios. La grasa solo aparece en nariz, frente y mentón, dejando el resto de la cara perfectamente equilibrada. Incluso hay ocasiones en que las mejillas presentan sequedad, pese a que no conviene utilizar hidratantes muy pesados.
Piel seca
Este tipo de piel se caracteriza por ser áspera y con poca flexibilidad, generalmente luce apagada y si no usas una crema hidratante se ven fácilmente las líneas de expresión. Puede llegar a cuartearse al estar extremadamente seca. A simple vista, los poros son más finos pero la tez luce más apagada e incluso presenta ya ciertas líneas de expresión. ¿El motivo? Las glándulas sebáceas apenas exudan grasa, de manera que habrá que aplicar cremas a base de aceites y la hidratación necesaria para mejorar la falta de humedad típica de este tipo de piel.
Piel sensible
Especialmente reactiva. Agentes como el estrés o la calefacción se manifiestan en forma de incomodidad e irritación. Es indispensable el uso de productos suaves y sin perfumes que ayuden a reponer la barrera natural de la epidermis.
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